viernes, 27 de noviembre de 2015

30441610

La verdad no sé que llega primero, estoy improvisando, he dejado siempre de ser, mientras quería serlo siempre, el chico de los planes. He maquinado cincuenta y destrozado doscientos en el último segundo porque un latido, un suspiro me empujaba hacia el otro lado. Sí, si todavía no ha quedado claro, me gustan los planes, pero me gusta más cuando se rompen, y acierto con el tijeratazo.

Es la parte más bonita de tener nuestras propias historias, el sabernos culpables y protagonistas de la línea argumental, y eso que ciertas cosas parecen estar fuera de nuestra jurisdicción, por mucho que creamos que elegimos casi todo.

Número de pendientes, tatuajes, cicatrices con recuerdos asociados, relaciones fallidas, día más odiado o tu mejor nota en un examen de Selectividad. 3,0,4,4,16,10, y ya le hemos dado número y un par de capítulos a nuestra pequeña existencia. Pues hasta todas estas cosas, de las que tal vez nos creemos autores totales, no nos pertenecen tanto, pendientes y tatuajes ya llevaban otros, cicatrices tiene cualquiera, de los errores no se libra nadie, los días oscuros se mueven bajo las nubes, al final te toca y en cuanto a las notas, fíjate, hasta alguien tuvo que decidir que entraba en ese examen.

Por eso, por muy cercanos al ombligo del mundo que nos veamos, lo importante, lo que hay que disfrutar, fuera del Carpe Diem, fuera del desmadre y la vida alocada, lo que verdaderamente este uno más, entre tantos, este número 30441610 que me he adjudicado hoy, solo sirve para recordar no solo esos datos, sino los opuestos, los exámenes de 0, los días más felices, la relación que algún día no fracasará, las heridas de las que me libre, los tatuajes que por qué no, tal vez si tenga algún día, y el número de pendientes, que me tenga que quitar o no en un futuro. Todo esto, si en ese último segundo, en ese suspiro o latido, decido hacerlo, porque la verdad, nunca sé una mierda de lo que estoy hablando. Pero lo que sí he descubierto, es que las cosas que hacemos de esta forma, llámalo con el corazón, con la locura interior, con lo que sea, esas cosas, son las que realmente nos pertenecen. En lo bueno y en lo malo.



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