miércoles, 5 de noviembre de 2014

Amor-temporal

Todavía no nos hemos separado y ya empieza a dolerme, ya empiezo a sentir que el final está demasiado cerca para mí, que todavía, no estoy preparado para mirar más adelante, y empiezo a preguntarme qué pasará dentro de unos años, cuando esto, sólo sea un recuerdo, cuando nos crucemos por la calle y ya nada sea lo mismo, cuando quizás, sólo uno de nosotros lo recuerde con exactitud.

Y es que me apena pensar que este periodo, esta relación, tenga un final, mucho más esta semana, cuando de verdad nos estamos enfrentando casi solos al mundo.
Llevamos muy poco juntos, y por momentos ya parecemos inseparables, y es que todo ha cambiado desde el primer día, porque entonces, éramos casi completos desconocidos, entonces, todo estaba por empezar. Primero, ante todo, nos vimos como amigos, y después, poco a poco, fuimos ganando confianza, hasta el día de hoy, el día que no me quiero ir, el día que quiero que lo nuestro sea para siempre.

Pues me he preguntado miles de veces qué era realmente el amor, y ahora, con toda seguridad, creo haber encontrado el amor más sincero del mundo.

El amor que se te ofrece sin intereses, sin importar si eres más bello o no, un amor que no entiende de dinero, un amor que no firma papeles, no vende excusas, no busca razones. Es un amor que se se da todos los días, que se comparte sin ser infiel, un amor que no necesita encontrarse por las noches, que te abraza aunque no estés mal.



Se trata de una relación, en la que ir al cine es una fiesta, no una cursilada, una relación en la que te citas casi todos los días de la semana, y siempre por la mañana, para no ocultar nada. Aquí, se habla todos los días, nada más llegar, siempre se dan los buenos días, y siempre se dice hasta mañana, si tenemos problemas, se habla inmediatamente, y casi todo se soluciona con unas disculpas. A veces tenemos que ponernos más serios, pero el enfado siempre es cosa pasada al día siguiente, incluso a los dos minutos.

Salimos también a hacer deporte juntos, asistimos a conciertos casi todas las semanas, hasta aprendemos inglés en el mismo lugar, no vamos a misa, y no necesitamos ser creyentes, pero es cierto que tenemos nuestro ratito de religión, por último, para no dar demasiada envidia, diré además que no sólo leemos juntos, también nos recomendamos libros.

Seguramente, ya habrás adivinado que no es una relación común, que es demasiado perfecta, a la par que eficaz, en ese caso, estarás en lo cierto.

Pues el amor más verdadero del mundo, no lo he encontrado en una pareja, lo he encontrado en un grupo de personas, concretamente, un grupo de pequeñas personas.

Como iba diciendo, me duele pensar que se acabe, que con el paso del tiempo, la memoria, y los años de los niños y niñas que forman este maravilloso grupo, todos estos días caigan en el olvido, pero hay que aceptar la realidad, al fin y al cabo, es amor, y como cualquier otro, también se acaba.

No obstante, yo nunca los olvidaré, pues siempre serán mi primer amor, mi primer grupo de alumnos, esperemos que no sea el último temporal que nos arrastre, que no sea el último amor-temporal.


Mientras tanto, que siga la magia.