Así, de repente.
De golpe y porrazo, sin avisar, sin esperarlo.
Casi sin entenderlo.
Por la mañana, al mediodía, incluso a las tres de la madrugada.
Cuando no solo te basta con respirar, se te escapa el aire.
Hambre, deseo irrefrenable.
Adicción, sed del corazón.
Necesidad compulsiva de besar,
basorexia.