miércoles, 29 de junio de 2016

Stay a while or forever.

Nunca había tenido suficiente, y nunca había tenido algo así.
Algo tan completo, tan hipnótico.

Jamás había anhelado tanto una forma de caminar.
No había buscado tanto un encuentro.

No se acostumbró nunca a una sonrisa,
una cara seria,
una forma de conducir o llevar la música.
No, nunca se vio tan implicado.

No temió así una mirada.
Vulnerable ante unos ojos, siempre pareció más una frase de cine.
No podía ser una evidente muestra de fragilidad en un aula.

Elaborar planes con alguien, no fue nunca tan fácil,
romperlos tampoco.

La mejor forma de incentivar tus propias virtudes,
el trabajo en grupo más reconfortante.

Era tan necesario emprender algo juntos,
que al final tuvieron que hacerlo casi a diario.

Fue la forma más ansiada,
de dar a conocer un secreto.

Le costó creer aquello de que los caminos se cruzan,
se había dejado convencer, a veces casi de creer.
Pero sí, los caminos se cruzan,
se comienzan viajes, senderos por terminar.

Las excursiones se convierten en habituales,
se mezclan dos mundos,
se crea otro nuevo.

Lo habitual deja de ser olvidarse,
lo normal comienza a ser estar seguro.

Nadie le había hecho sentir tanto calor,
ni tanto frío.


Nadie, le había obligado a quedarse en cualquier estación.