Nadie recuerda el nombre de su primer maestro,
casi nadie.
Nadie recuerda el primer día que consiguió contar hasta 10,
y sin embargo, todos los días contamos.
Nadie recuerda a la persona que le enseñó a leer,
y si embargo.
Otros se lo agradeceríamos sin parar.
¿Qué seríamos sin ellos?
Había pensado ponerlos a caldo, a todos aquellos que critican, hacerlos reflexionar, pero pensándolo bien, no creo que queráis recordarme.
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