jueves, 7 de noviembre de 2013

Hay cosas...

Hay cosas que no cambian...
No cambia tu pueblo,
no cambia tu abuela,
tampoco cambia ese agua,
no cambia ese aire...

Desde luego no cambian esas callejuelas,
no cambia la plaza,
no cambian los niños,
bueno quizás esos si,
pero solo de caras.

No he visto que cambien,
ni una sola de sus expresiones,
¿Para qué?

No cambian los caminos,
a veces recién arreglados,
pero siempre por su mismo trazo,
no cambian las fuentes,
esas siempre están.

Tu te irás de tu pueblo,
pero no cambian sus oficios
no cambian las labores,
ni cambian las fechas.

Pero lo que si ha cambiado,
eres tú,
antaño pensabas donde harías tú,
tu casa...

Después solo querías irte lejos,
ahora,
incluso,
lo echas de menos,
parece extraño,
pero ahora,
entre tus dudas,
de repente aquí,
te sientes acogido.


Ahora, más corto que valiente,
más cauto que otras veces,
es curioso pasear al anochecer,
y seguir pensando...

Eso, tampoco cambia.

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