jueves, 15 de diciembre de 2016

16

Es en los preludios a un aprendizaje es cuando uno debería poder prepararse para este, y no después. Por desgracia, muy a menudo nos encontramos con que llegamos a comprender mejor cualquier detalle una vez este ya nos ha pasado por encima.
¿Lógico no?

El significado o el acuerdo mutuo sobre el valor de los números es un ejemplo. Lo primero que a menudo pretenden enseñarnos es que 4, es 4. ¿Un poco inútil no? 
En cambio lo realmente correcto es aquello que consigue hacer que finalmente lo entendamos, 4, significa que en lugar de poder comer manzana nosotros solos, podremos comer manzana con toda la familia.
¿Sigue pareciendo tan lógico?

Si hablamos de multiplicar la cosa se complica.
¿Ahora cuántas familias comen?
¿Todas las familias tienen 4 miembros?
¿Cuánto es 4 multiplicado por 4?

En todos los preludios a una lección, más aún cuando esta se repite de forma continua. Es más que necesario recordar que por mucho que nos empeñemos, no para todos 4 puede significar lo mismo. Mucho menos 16.

La acepción termina por no depender solo de un contexto, lo hace también de la concreción individual de cada persona. Y por si fuera poco, a veces ni uno mismo consigue entenderlas.
Mucho menos, 16.







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