lunes, 23 de marzo de 2015

Ni príncipes, ni princesas.

No queremos escalar torres, no, nos negamos,
no queremos montar a caballo, no, no nos gusta, y no son limpios.
Los zapatos tirados por ahí, recogedlos vosotras mismas, dejad los nuestros en medio si se nos olvidasen también, terminaremos recogiéndolos, pasamos olímpicamente del traje azul.

No queremos tampoco que seáis una dama en apuros, queremos un reto, pero uno real, algo para un tiempo largo, donde sólo se sude de vez en cuando, y donde se llore a la vez que se ríe, algo más teatral.

Necesitamos que de vez en cuando nos rescatéis a nosotros también , tenemos nuestros precipicios, quizás incluso más.Si es posible, evitad las manzanas envenenadas, no es recomendable besar a alguien que tiene demasiado veneno en los labios.
Huid de las torres, o llamad a un cerrajero, si ya no hay otra solución, intentaremos escalar, pero igual también hay que llamar a un ambulacia.

Si vivís en el fondo del mar, podremos compartir el oxígeno, pero cada uno el suyo, y con un reparto concertado, que luego vienen los agobios.

Si somos algo bestia, y si acaso os molesta, decidlo, pero con delicadeza, no hay nada que la cera, un diccionario o contenerse un poco no puedan solucionar.

Si somos pobres y ni siquiera tenemos una alfombra mágica, sabed que el amor no debe entender de billetes, por eso estos no llevan dibujados corazones.

Si al caer la noche, uno de los dos cambia radicalmente, sentémonos a negociar, siempre será mejor.

No queremos que nos digáis lo perfectos que somos si no es verdad, basta con saber que somos la perfección que necesitáis. Busca a alguien con quien hablar sea fácil, que pueda entenderte, alguien que te rescate, pero que no lleve corona.

No queremos ni príncipes, ni princesas.




No hay comentarios:

Publicar un comentario