sábado, 26 de abril de 2014

El árbol de los chupetes

No sé si los conocéis,
pero ya existen en muchos lugares,
árboles llenos de chupetes,
que hacen mucho más fácil esta dura despedida.

Plasencia creo ha sido la última en sumarse,
¿No es genial?



Menuda ingeniería la nuestra,
menuda medicina,
nos entregan a personas en una de las etapas de cambio más importantes de su vida,
personas que acaban o van a perder una parte de su cuerpo,
su chupete.
Personas que a veces necesitan curas,
otras mejoras,
otras solo cariño.
¿No es eso la mejor medicina?
¿La mejor respuesta ingeniera?

Yo creo que he elegido bien,
porque no quiero ser médico,
ni tampoco ingeniero.

No para nada,
tampoco quiero suspender a nadie,
no quiero esa responsabilidad,
no para nada,
yo no quiero enseñar átomos,
sé que habrá quién lo haga mejor,
también con más ganas.

Lo que yo quiero es ayudarlos,
en lugar de suspenderlos,
darlos un pequeño empujón,
levantarlos en brazos,
y que cuelguen su chupete.

Los átomos están por todas partes,
¿La Educación Infantil no?
Hay quién dice que quizá me este equivocando de camino,
no seré yo quién les quite la razón,
no todavía.

¿Aprender es eso no?
Yo todavía no educo,
todavía soy educado,
si me equivoco será mi fallo,
lo reconozco,
pero eso hago,
aprender,
y si es necesario fallar.
Si es necesario soltar mi chupete.

Yo prefiero hacer pequeños exámenes,
pequeños pasos,
pequeñas ayudas.

Porque las cosas pequeñas son las que dan sentido a todo,
porque prefiero una pequeña victoria cada día,
que una cada diez años.

Porque prefiero adaptar,
prevenir,
ayudar,
y guiar a los más pequeños por su pequeño camino.

Prefiero ver crecer esos pequeños árboles,
y ver sus ramas abrirse hacia el sol,
y crecer con ellos.

Cada uno prefiere su rama,
letras, ciencias,
ingeniería, medicina, enseñanza...
Primaria, Secundaria, Infantil.


Porque prefiero las sonrisas y los berrinches constantes,
y sobre todas las pérdidas humanas,
prefiero a los niños que pierden su chupetes.



jueves, 17 de abril de 2014

Cazando fantasmas

Dicen que los fantasmas no existen,
JA,
debe de ser que yo soy demasiado cobarde.
¿Pero qué hace uno cuando no se puede enfrentar a ellos?
¿Cuando no hay nada a lo que enfrentarse?

En la RAE, vienen 8 definiciones,
voy a coger 7, por aquello de tener suerte con mis fantasmas.

1. m. Imagen de un objeto que queda impresa en la fantasía.

2. m. Visión quimérica como la que se da en los sueños o en las figuraciones de la imaginación.

3. m. Imagen de una persona muerta que, según algunos, se aparece a los vivos.

4. m. Espantajo o persona disfrazada que sale por la noche para asustar a la gente.

5. m. Persona envanecida y presuntuosa.

6. m. Amenaza de un riesgo inminente o temor de que sobrevenga.

7. m. Aquello que es inexistente o falso.



A día de hoy,
cuento al menos con dos fantasmas,
dos espectros, que tan solo con su mera presencia,
me llenan de inquietud y me producen tal sensación de sorpresa,
que no quiero ni mirar a sus ojos.

Fantasmas del pasado, claro está,
siempre son del pasado.
No los veo muy a menudo,
Dios me libre, o que lo haga Bill Murray.
Aunque el viejo Bill ahora anda rescatando obras de Arte de los Nazis,
bendita película,
que aunque como los Cazafantasmas, nunca subirá a la cima,
dejará huella en más de uno,
como mis fantasmas.

Pero cuando los veo,
cuando Bill Murray y su cuadrilla no andan cerca,
visito mi pequeña definición mental,
menos extensa que la anterior,
y me afirmó,
sí, esos dos,
son mis fantasmas.

No tienen nada en común,
tan siquiera se conocen,
pero ambos tienen el poder,
ese poder de hacer que te estremezcas ante su presencia,
de hacer que algo dentro de ti se active.

Fantasma, presencia, ser o pensamiento, que produce temor o desconsuelo, al tratarse este, de una visión del pasado, de un pasado que no fue totalmente bueno, o que dejó de serlo. 
Miedo, pánico o sorpresa, que ningún aspirador, ha conseguido eliminar de momento.

No creo que sea el único que tiene fantasmas,
¿Qué me dices Bill?
¿Los cazamos?





martes, 8 de abril de 2014

Morir a sus pies

Botticelli murió con 65 años,
no acostumbraba a jubilarse la gente entonces,
menuda era aquella Florencia,
la de cosas que nos dejó,
hace ya años que se fue el autor del Nacimiento de Venus,
el hombre de La Primavera,
pero nos dejó sus cuadros,
y con ellos y su legado,
dejó más de un mensaje,
más allá de de la hermosura de Venus o Palas y el Centauro,
de unas cuantas adoraciones,
otras tantas vírgenes con niños,
de retratos y más retratos,
el pequeño Botticelli dejó entrever una de las grandes verdades de la humanidad,
una que a veces no parece tan obvia.

Desde siempre,
nos han dicho que la historia está escrita por hombres,
pues bien,
eso es mentira,
al menos es media verdad,
pues un 50% de los hombres,
más de la mitad de los casados,
y casi tanto de los solteros,
ha vivido a los pies de una mujer,
y la historia que han escrito,
y la que quedaron sin escribir,
desde luego no sería lo misma sin ellas.

De sodomía fue acusado el florentino,
que pareció vivir casi toda su vida enamorado en secreto,
pero no de un hombre,
enamorado de una mujer,
de aquella mujer,
a la que medio mundo renacentista acabaría adorando,
con la que sólo uno se casó,
y a la que una enfermedad le arrebató a ambos.

Enamorado de aquella mujer,
a la que la media Florencia quiso pretender,
aquella que parece ser la diosa Flora,
Atenea,
la misma Venus,
Procris,
o Cleopatra.

¿Quién soy yo para decir que no hay millones de Simonettas Vespucci posando por ahí?
Millones de Botticellis que mueren por su aire,
y que morirían sin el.
¿Acaso no las hubo antes y después de ella?
No lo dudéis,
Botticelli murió más de 30 años después,
a diferencia de la joven Simonetta,
que apenas pasó de los 20,
aún así,
Botticelli pidió,
y de hecho fue enterrado,
a los pies de esta mujer,
quizás el mundo deba aprender un poco de Botticelli.

Quizás debamos observar un poco,
a lo mejor hay más Simonettas ocultas por ahí,
más de mil retratos,
más de mil musas.

Bendito Renacimento



lunes, 7 de abril de 2014

Por-venir

Porvenir

Suceso o tiempo futuro.
Desarrollo o situación futura en la vida de algo o alguien

Dícese además de estas cosas,
de todo lo que está por venir,
y todo lo que se entiende en ese porvenir,
de las cosas que lo forman.

Curioso es el porvenir,
mucho más mientras está en camino,
mientras lo esperamos con ganas.

Hoy os hablare de 3 cosas que estaban o están por venir,
de la mano de 3 personas, maravillosas cada una,
y que forman parte de mi día a día.

Las tres vienen de Madrid.

Una de ellas,
ya me tiene acostumbrado a las sorpresas,
que podría decir de ella,
que nos debemos un partido,
con bufandas incluidas,
que me pone en vilo cada vez que me dice que tiene algo para mi,
que si el futuro está por venir,
quiero que sigas estando ahí.

La segunda dicen que es prima, segunda,
yo diría que es prima,
a veces prima hermana,
incluso hermana,
¿Qué podría esperar yo de ella?
Si es a la que mas veo,
la que viene corriendo para darme un abrazo.
Una de las más monas de todas,
y de la que no tengo casi nada,
hay un hueco reservado para ti en mi tablón,
y lo sabes.

La tercera es medio idiota,
yo lo sé,
los médicos deberían,
es la chica de los conflictos,
algún día me costará una guerra de bandas,
yo lo sé,
por el momento,
me conformo con su vocecilla y sus notas de audios,
además tengo un palito de helado personalizado para defenderme.

Tres cosas estaban Por-Venir
tres cosas que se me encantarán,
lo harán hoy, y todos los años que están por venir.


Cosas de gente corriente

Me gusta la gente corriente,
la señoras que te cuentan su vida en la sala de espera de un hospital,
las mujeres que te dicen piropos en el autobús,
o los que llegan a una sala, y aunque haya 50 personas, dan los Buenos Días,
cosas de gente corriente.

Cosas que piensas mientras tiendes la ropa en pijama casi en el centro de Cáceres,
cosas que piensas cuando hablas con todas esas personas,
cuando te cuentan lo triste que son sus vidas a veces,
o lo interesantes que pueden ser la mayoría.

La gente corriente es la mejor,
por cosas corrientes,
os hablaría de una señora el Domingo en el Hospital,
diciendo que se quería morir,
a dos personas desconocidas a su lado,
convenciéndola de que no.

Por cosas corrientes,
os hablaría de esa costumbre de la gente de los pueblos de saludar a todo el mundo,
por todos los tú eres el nieto de... A los que nos hemos enfrentado,
por cosas corrientes,
a veces uno entiende lo normal,
lo que no sale de los límites,
pero no es solo eso.

Debería puntualizar,
pues hay dos tipos de gente corriente,
la gente corriente que a mi me gusta,
la simple, la espontánea,
y aquella, que es corriente,
por prácticamente todo lo contrario,
por pasar desapercibido casi adrede,
por no luchar por nada,
por estar por estar.

Y es que a veces,
las cosas corrientes,
también pueden ser maravillosas.

La gente corriente también hace cosas extraordinarias,
al menos una vez en la vida,
ve contracorriente,
arrepientete de algo,
o no lo hagas,
pero no seas demasiado corriente,
aunque a mi me guste.




Avancemos, a contracorriente.